Los espectaculares acantilados de la costa occidental de Gipuzkoa esconden un singular tesoro natural: millones de años de historia geológica escritos en sucesivos estratos rocosos que, a causa de la acción continua del mar, han quedado al descubierto.
Esta caprichosa formación ha sido bautizada con el nombre de ‘flysch’, el elemento que da personalidad a toda la costa. La secuencia de capas de flysch tiene la particularidad de conformar una serie prácticamente continua de cerca de 60 millones de años (desde hace unos 110 millones de años hasta hace unos 50 aproximadamente), y en la que podemos señalar grandes eventos y cataclismos de la historia de la Tierra, incluyendo la última gran extinción acaecida a escala global. Por ello no nos ha de sorprender que varios estratos sean referencias internacionales del tiempo geológico del planeta.